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22 de marzo de 2012

Aló... ¿Señor Alcalde?

Buenas noches... Sí, señor Alcalde, aquí El Quintacho desde su rincón. En casa todos bien, gracias. ¿Y usted sanito? Me alegra, pero debe cuidarse, más ahora que llegó el otoño y con él, como decía mi abuela, los malos aires.

No pues, el gusto es mío y, aprovechando que tuvo la gentileza de atender mi llamada, quiero contarle lo que escuché, en el minibus, el pasado lunes. Sí, en uno de esos que hacen el trayecto hacía la zona sur de nuestra ¡Oh linda La Paz! Exacto, aquellos diseñados para que podamos moler a rodillazos los riñones del pasajero que va delante nuestro y, claro, para que los nuestros también sean molidos por quienes miden más de 1.65 y se ubican detrás nuestro. ¡Bien estrechos son pues! Es que, los amos del volante,  seguro piensan que, los habitantes de La Paz, somos un montón de petisos que podemos, nomas, sentarnos a nuestras anchas y con las piernas estiradas en cualquier lugarcito sin importar lo reducido del espacio.

No, no es eso lo que tengo que contarle, es esto...

Llegábamos a Obrajes, cuando la señorita cobradora, empezó a cobrar los pasajes:

  • Alisten sus pasajes... Sueltitos, nomas, por favor... 
  • Pero... dos treinta es pues el pasaje ¿Acaso ha subido? Dijo un señor que se encontraba detrás del chofer (no escuché que le dijo ella).
  • ¿Hasta dónde va? (se le escuchó decir al chofer)
  • A chasqui (respondió, tímidamente, el pasajero)
  • Tarifa nocturna es tres bolivianos (contestó, subiendo el tono de la voz, el chófer)
  • ¿Acaso ya es de noche? (casí como un susurro, se escuchó al pasajero que osó cuestionar el precio del pasaje)
  • A partir de las 6 es de noche (sobrador el chofer, dio por terminado el impertinente cuestionamiento)

¿El resto de los pasajeros? Callaros nomas ps, alistamos las monedas para pagar con sueltitos, no sea que se moleste el joven conductor, mientras el cálido Sol del verano paceño iluminaba con fuerza, todavía, la ciudad, sin enterarse que a partir de las 6 ya es de noche y debía retirarse a dormir. ¡Qué siempre estaría haciendo ps éste, iluminándonos a las 18 horas con 10 minutos!

Ahora dígame, por favor, señor Alcalde ¿Cuándo fue que cambiaron las tarifas? Porque, hasta dónde yo recuerdo, no había tal tarifa nocturna ¿No ve que?

¿Que no cambiaron? ¡Alarila, alacita! ¿Entonces, esa tal tarifa nocturna, es puro abuso de los choferes?

¿Pero, ahora que se lo cuento, tomará medidas para evitarlo no?

¡No debe ser tan difícil...! No, no digo que pongan un vigilante en cada minibus. Bastaría, se me ocurre, con que haga imprimir las tarifas y que su personal las pegue en lugar visible dentro de las movilidades del servicio público. ¡Yaaa! ¿Acaso? ¿Cuantos millones de bolivianos, siempre pues se necesitarían? ¿No tiene imprenta la Alcaldía?

Bueno... Sí señor Alcalde ¿Su nombre? No, que voy a saber el nombre del chofer ese, pero por si acaso sirviera para algo, anote por favor la placa del vehículo. ¿Que cómo se el número? No, no lo memoricé... lo anoté. Sí claro, el número de la placa es:

1938-XIA

Ya pues, luego le cuento, entonces, lo que cobran por tramos... Igualmente, buenas noches.

2 comentarios:

  1. Quintacho: intento darme un tiempito para leer tus mensajes, hoy encontré la ocasión. Realmente, vivimos en un ambiente de irrespeto total, pues los chóferes, los voceadores, la misma gente que uno encuentra en el camino vive cada día con el famoso "estres" y se hace una característica del comportamiento tratar al prójimo re mal. El abuso de los transportistas al pasajero es totalmente reprochable y sería excelente que la Alcaldía pueda implementar el transporte masivo, sin paradas, con rutas completas y el pasaje fijo.

    Gracias.

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  2. Estimada Kaya:

    Gracias a ti, por dedicarnos un tiempito para leernos, y compartir estos temas que nos son comunes.

    Un abrazo.

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