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9 de junio de 2015

Aquel Aniversario...

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(Madrid 04/06/2015)

"Sí, hay lindos lugares, pero ellos no tienen lo que nosotros tenemos", me contestó con su singular hablar el querido Alfredito, y percatándose de nuestro repentino silencio, asintió casi con una sonrisa: "¡Cierto!!"

Yo le había preguntado con pretencioso aire de instruido curioso que Suiza sería hermoso ¿no?, lo mismo que otras ciudades de Europa, pero me quedé descolocado y tardé mucho tiempo en entender que aquella noche del invierno chicheño, el maestro nos invitaba a querer, a valorar lo nuestro, lo propio, antes que lo foráneo.

Sí, era aquella noche de junio de 1974, luego de la actuación en el teatro 7 de Noviembre, memorable recital en el que también creo que actuó Luis Rico, estuvo Ernesto Cavour, de quien dijo: "Lindo toca su charanguito ¿no?" Cuando le mostramos nuestro asombro por la maestría del "dueño" del quirquinchito...

Todos esos días quizá son los más hermosos que viví de chango, se estaba rindiendo homenaje al IV Centenario de fundación de nuestra amada Tupiza, confieso que al igual que la mayoría de los paisanos ignoraba que el Comité que preparó aquel acontecimiento se había inventado la precisa fecha adelantándose a la de Tarija, exactamente en un mes. Ja, ja, ja... yo lo tomo como una osadía propia de los paisanos y con un cierto sentido del humor, aunque a los académicos creo que ya les colmó y a otros les quita el sueño esperando que se ajuste a un rigor histórico necesario; de cualquier manera, aquellos días parecía como si el aire que respirábamos fuera otro, veía que todos querían colaborar en algo, así de manera espontánea los grupos juveniles embellecían la población con sus escasos recursos, se levantaron letreros de bienvenida en los accesos de la ciudad, algunos tomaron las plazuelitas para darle unas brochadas de pintura a sus bancos y soportes del alambrado. Nosotros lo hicimos con la plazuela dedicada a la madre que está frente a nuestro querido Colegio Suipacha.

Las instituciones estaban prestas a sumarse a la fiesta, por eso aquellos valerosos ferrucos, en un acto de agradecimiento merecido le nombraron "Hijo Predilecto" al más grande de nuestros artistas, también se convocaron a muchos concursos, el de monografía histórica, la ganó mi profe de Historia, Edgar Murillo, en el de pintura,el feliz ganador fue nuestro querido compañero de andares Carlos Joaquin Velasquez (Lorito Q.E.P.D.); el fútbol como uno de nuestros sellos de identidad se engalanó con la obtención del Campeonato Nacional, el Comité Cívico tomó la batuta de todos los actos al mando del profesor Humberto Ortiz, con aquella publicación de la revista conmemorativa cuasi completa, a manera de una guía telefónica actual, que hoy mismo es un documento de consulta muy requerido; se llevó a cabo el Festival de la canción folklórica "Así es mi tierra", recuerdo a Juan José Gamarra, a los hermanitos Arce y al Vanchiro entre los galardonados. Y, me parece que para ese entonces se consolidó el largamente esperado "Puente Suipacha" vital en la conexión caminera.

Pero lo más sobresaliente era la llegada de varios paisanos, algunos ya entrados en años, que diariamente se estrechaban en prolongados abrazos, especialmente en la plaza, lugar de encuentro cotidiano y en las noches de retreta, La víspera un desfile de teas y de farolitos encendió los ánimos, para terminar en fogatas, yo estaba frente a la librería Cultura, en la calle Bolivar, donde se reunieron muchos paisanos y al calor de unos ponches empezaron los vítores, muy cerca sonaban unos sicus, música de temporada acorde al calendario agrícola, pues las anatas sólo se tocaban en época de Carnavales.

No sé si fue por aquellos días , pero recuerdo que una mañana en la Estación de ferrocarriles se arremolinaban varias estudiantes del Liceo Pedro Arraya, y a la llegada del tren formaron un pasillo que daba hasta la puerta del vagón desde donde descendió una venerable dama agitando su delicada mano, entonces se escuchó el Vals a Tupiza en las voces de la hermosas paisanas. Se trataba de la señora Remedios Oviedo Vda. de Daza, gran compositora que supo enaltecer su amor por el pago a tal punto de provocarnos a muchos, sensaciones que tocan las fibras más íntimas, parece anudarse algo en la garganta y sin más trabas brotar las sentidas lágrimas para completar el verso:"...Y quisiera dedicarte mi cariño, elevándote a una cúspide de gloria..."

Así, caminando llegamos hasta la calle Tarija, ayudando a llevar su guitarra al Alfredito varios amigos de la Villa, nos despedimos, quiso darnos la mano a todos, y todos estrechamos con admiración esa mano prodigiosa que alguna vez diría "No sé si son prolongaciones de mi guitarra ¿o al revés?"

Aquella noche creo que no dormí , escuchaba sin pausa las notas de su guitarra y el eco de su palabra pausada.

Un abrazo a todos los paisanos en este "aniversario" a esos tantos que dirían: "Si querís peleya, peleyamos, si querís puñal, puñaliamos que a nosotros nil diablu nos domina".

En reconocimiento a los paisanos que tanto hicieron por nuestra tierra.