¿Cuantos más deben caer?

Y de la sorpresa que nos causó, la semana pasada, la noticia de que la provincia Gran Chaco se encontraba en paro, demandando para sí la posesión del territorio dónde se encuentra " Margarita". Pasamos a la pena de saber que otro ciudadano boliviano cae, sacrificado ,esta vez, a " la maldición de los recursos naturales ", recursos naturales que lejos de hacernos más ricos y mejores saca a relucir lo más mezquino de los bolivianos.

Encontramos bastante acertado el comentario que al respecto y bajo el lúgubre título de "Tarija: Muerte por plata", hace el periodista Ivan Arías D. en un artículo que llegó a nuestra casilla de correo y, que no podemos dejar de compartir con ustedes.

Tarija: muerte por plata

La maldición de los recursos naturales tiene en Tarija el escenario para recrear los juegos más perversos que desata la angurria en contra de la solidaridad y el interés colectivo. Lo que ocurre en Tarija, en pequeño, le ocurre a Bolivia. La bitácora de conflictos evidencia que la tierra andaluza ha soportado, durante el último año, el promedio de un conflicto por mes. Así, de apacible y sonriente pareciera que sus dirigentes han optado por competir fieramente con El Alto para lograr el sitial de mayor conflictividad y demagogia bajo la lógica de a más plata, más conflicto: más muerte.

Por años la dirigencia chaqueña ha enarbolado la unidad monolítica de esta región y ha amenazado a los centralismos de los tres departamentos con crear su propio, el tan temido, décimo departamento. Actualmente, uno se pregunta, hasta qué punto es cierta toda esta verborrea unitaria? En los últimos años, hay varios elementos que llevan a dudar de la verdad de este postulado: el descuartizamiento que sufrió YPFB al pelearse cada parte del chaco una de las vicepresidencias es una muestra de la desconfianza, celo y visión chata antes que regional. Yacuiba y Villamontes distan, por carretera, 40minutos en auto pero han gastado millones de bolivianos para darse el lujo de cada uno tener su propio aeropuerto en una región donde abundan aves, pero no pájaros de acero. Y ahora, el triste enfrentamiento por límites entre dos provincias es otro botón que prueba que por el chaco no están cabalgando los jinetes de sus antepasados, sino, unos muy raros.

Por qué los chaqueños, que tanto se aman, se parecen y comparten no arreglan sus problemas solos, entre ellos? Imposible?. En Los Lípez ( Potosí) en pleno salar hay dos municipios que hasta hace cuatro años atrás, se peleaban por el derecho a poseer la isla Incahuasi ubicada en pleno centro del salar. Este atolón era ambicionado porque los miles de turistas que llegan a la región se detienen y pagan por escalar su cima y poder, desde allí, en 360 grados, ver todo el salar. La isla es virtualmente un pozo de plata. Las peleas entre los lipeños crecían cuanto mas crecía el flujo de turistas. Unos le echaban la culpa al Prefecto y otros al Gobierno por no fijar los límites de semejante fuente de riqueza. Pero, después de muchos años de dolor y odio entre Tahua y Llica, llegaron a los espacios de poder una generación de líderes que se dieron cuenta que esas peleas solo alimentaban a buitres políticos y a vividores de la pobreza. Por ello y para romper el círculo perverso, decidieron, entre otras cosas, crear una mancomunidad entre ambos municipios, instalar en la isla un moderno centro de atención al turista (CAD) y terciarizar su administración. Desde el 2002 la Mancomunidad no necesita que sus municipios aporten para su existencia, sino que mas bien, gracias al CAD, distribuye plata a sus municipios para que éstos efectivamente luchen contra la pobreza de sus pueblos y la muerte cedió a la esperanza.

En el chaco, ¿dónde están los ciudadanos que no se suben al fácil carro populista que se alimenta de la confrontación y la muerte? Los Lípez es un camino a seguir.

Ivan Arias Duran

Publicado en El Semanal N° 25 de El QuinBolivia