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26 de noviembre de 2007

Bronca

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crespón negro

Ya estarán contentos, aquellos que buscaban, ocultos trás la máscara de defensores de la democracia y la libertad, el fracaso de la Asamblea Constituyente, y no aceptaremos (porque no se la creemos) que la culpa por las muertes de ciudadanos bolivianos, ocurridas en la ciudad de Sucre, se la carguen sólo al Gobierno, pues también aquellos tienen su cuota parte, y esperamos, aunque a plan de desilusiones la ilusión se nos hace añicos, tengan la valentía de reconocerse también culpables.

No sólo murieron ciudadanos ¡carajo! también cayó la esperanza del pueblo boliviano de forjar en armonía un pacto social que guié el destino del País por los próximos cincuenta años.

¿Que aprobaron en grande la nueva Constitución Politica del Estado? Para que, si es un instrumento producto de un proceso que desde su concepción se vio venir como un motivo para el enfrentamiento no, como debió haber sido, para la concertación. Y a la cual los bolivianos no podremos sentirla nuestra por la forma en que fue parida.

¿Que el Gobierno quiso imponer su visión de País? ¡Si pues! pero los otros también la pelearon para mantener su visión y posición. Y... "entre todos la cagaron".

¿Bronca? Si señor, a montones porque, una vez más, sentimos desde el fondo de nuestros sentimientos que nos traicionaron, por lo menos a quienes pusimos nuestra esperanza en la Asamblea Constituyente como escenario dónde se forjaría el cambio. Pobres ilusos que no nos percatamos que allá iban los políticos (cuando no), cívicos y otros sectores, no con la intención de construir un país para todos sino, como siempre fue, un país del que puedan aprovechar a su antojo unos pocos.

No puedo ver
tanta mentira organizada
sin responder con voz ronca
mi bronca,
mi bronca.

La marcha de la bronca

Publicado en El Semanal Nº 56 de El QuinBolivia

19 de noviembre de 2007

17 lukas

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Ese es el precio más barato anunciado para la carne traída por el Gobierno, desde el Beni, para demostrar que el kilo, de este producto, no debería costar más de 21 bolivianos.

Excelente iniciativa que, sin embargo, nos deja sabor a poco, pues este producto se comercializó a ese precio en unos pocos puestos de los mercados de la ciudad de La Paz ¿uno por mercado? (ya empezó a comercializarse en Santa Cruz también ¿no?) ¿Y la cola, quién te la hace guaguay?. ¡Pucha! ni siquiera encontramos el puesto maravilloso, allá en el Mercado Rodriguez.

¿Por qué no se comercializó esta carne de manera masiva? Parece que fue, nomás, porque a los señores carniceros simplemente no les dió la gana. Pues, tercos los matarifes, pusieron una serie de objeciones a la calidad del producto traído por el Gobierno y prefirieron seguir haciendo su agosto en noviembre, vendiendo la carne ya no a 26 ni 27 bolivianos, si no quieres o no puedes hacer fila, tendrás nomás que amollar a partir de 29 bolivianos. ¿Hueso rojo para el Boby? "...8 el kilo está caserito, pero ya va a rebajar".

Es que así no se puede, al final la alcaldía con obligarles a poner sus precios en lugar visible ¿ya cumplió? ¡No sirve! los precios están en la pizarra de adorno, mientras detrás del mostrador los matarifes te fijan el precio de acuerdo a su propia escala para el corte que pides; "¡Pero en la pizarra dice 27 el kilo...!" "Si, caserito, pero esta es especial pues..." ¡así nomás es! Y lo mismo ocurre con otros productos.

¿Que tal el decreto que autoriza la importación de productos? ¡Bien che! No es posible que mientras los productores nacionales incrementen sus niveles de producción (hayan sido o no afectados por los fenómenos climáticos) el pueblo tenga que pagar los precios que les dé la gana. Si se puede traer productos de calidad a menor precio adelante, hay que hacerlo.

Bueno, punto a favor para el Gobierno que demostró que los precios pueden ser menores.
Abucheo bien sazonado (ya saben ajos y pimienta) para los que insisten en exprimir hasta no poder más los bolsillos del pueblo.

Publicado en El Semanal Nº 55 de El QuinBolivia

12 de noviembre de 2007

Felicidades paisanos

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¡Felicidades Paisanos!

La batalla de Suipacha enciende
el renovado orgullo de ser chicheños.
Viva el 7 de Noviembre
Se oye del cerro a la playa
Que viva ahora, viva siempre
La imagen de Pedro Arraya.
Cantemos paisanos
Todos en unión
Que no se nos pase
En conversación.
A las cinco de la tarde
Nuestras campanas repican
En los cielos Dios lo guarde
Al coplero Juan Cutipa.
Cantemos paisanos
Unos siembran con arado
Yunta de buey y madera
Mi compadre Willy Alfaro
Sembró de coplas mi tierra
Cantemos paisanos
Luís Rico

Cantautor boliviano

Publicado en El Semanal Nº 54 de El QuinBolivia


5 de noviembre de 2007

Suipacha 1810-2007

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Boliviano Chicheño

LA GLORIOSA BATALLA DE SUIPACHA

Prof. Edgar Murillo Huarachi
Historiador chicheño

Dentro del contexto histórico de la Guerra por la Independencia, se levanta orgullosa y altiva la Batalla de Suipacha, por cuanto en ella, argentinos, chicheños y tarijeños, logran el 7 de Noviembre de 1810 el Primer Triunfo de las armas patriotas por la Independencia del Alto Perú (Bolivia).

El antecedente inmediato para esta Batalla es que, el 25 de Mayo de 1810, Buenos Aires se pronuncia por la libertad y su Junta de Gobierno presidida por el potosino Cornelio Saavedra, resuelve enviar al Alto Perú un Primer Ejército Auxiliar, con el propósito de consolidar su independencia, destruir todo intento reconquistador español que pudiese provenir de estas regiones, así como sentar jurisdicción sobre estos territorios que los consideraba suyos por su dependencia del Virreinato de La Plata y que disputaba el Virreinato del Perú.

Los protagonistas de la Batalla serían, como responsable político del ejército argentino el abogado Juan José Castelli y militarmente el General Antonio Gonzales Balcarce, cuyas fuerzas, en su recorrido, fueron reforzadas por los Gauchos de Salta comandados por Martín Güemes: tropas tarijeñas encabezadas por el Moto Méndez; y la mentada Caballería Chicheña dirigida por el legendario guerrillero Pedro Arraya.

Por su parte, el Ejército Realista estuvo organizado bajo la dirección del Presidente de la Audiencia de Charcas, el General Vicente Nieto; el Gobernador de Potosí, Don Paula Sanz; y con la responsabilidad militar el General José de Córdova.

En forma previa a la Batalla de Suipacha, se produce un hecho de armas en Cotagaita. Resulta que Nieto y Córdova que se encontraban en Tupiza, al saber la aproximación del Primer Ejército Auxiliar Argentino, optan por replegarse a la localidad de Cotagaita, donde aprovechando el conocimiento del terreno y el número superior de sus 2000 efectivos, el 27 de Octubre de 1810, luego de cuatro horas de combate, obligan a los aproximadamente 800 hombres de Balcarce a retirarse a los poblados de Nazareno y Suipacha.

Los realistas que iban en persecución, al llegar a Tupiza, lanzan una proclama a sus pobladores, instándoles a deponer armas, ofreciendo recompensa en dinero por cada oficial, hombre y fusil que se les entregue. Teniendo como única respuesta el más absoluto silencio de los habitantes tupiceños.

En la madrugada del 6 de Noviembre de 1810, Córdova abandona Tupiza con dirección a Suipacha, decidido al ataque y optimista en los lauros de la victoria.

Previamente, este optimismo fue alentado por lugareños convenientemente aleccionados para introducirse entre los enemigos y dar informes falsos sobre el estado, armas y número de hombres del ejército patriota. Estas versiones falsas dadas por pobladores chicheños, serían decisivas para engañar a los realistas y conseguir más tarde la victoria en favor de la causa libertaria.

A las 11 de la mañana del 7 de Noviembre, Balcarce con bastante habilidad y táctica militar, ordena un ataque con la infantería, para luego simular una retirada que de la impresión de derrota. Este ardid, provoca que Córdova engañado por el movimiento, disponga que todas sus tropas se lancen al ataque, recibiendo como respuesta un violento contra ataque patriota que destroza a las fuerzas realistas en los campos de Suipacha, las mismas que huyen en desbandada perseguidas por la caballería chicheña que completa la victoria.

Es así, que la Batalla de Suipacha, ofreció a la Historia Nacional, uno de los hechos más gloriosos de la Guerra por la Independencia, por ser el primer triunfo por la Autonomía del Alto Perú (Bolivia); así como por haber significado el aliciente directo para que otros pueblos y regiones, empuñen las armas y tengan el valor moral y pasión para derrotar al adversario colonial.

Como constancia y testimonio al valor demostrado en la Batalla de Suipacha, la Junta de Buenos Aires, por Decreto de 28 de Noviembre de 1810, decide inmortalizar a todos aquellos patriotas vencedores con el título y distintivo de:

"LA PATRIA A LOS VENCEDORES DE TUPIZA"